El último viaje

Es difícil saber adónde estoy. Duermo, sueño, recuerdo aquel luminoso día. Nubes cargadas de soledad esperaban. ¿A quién?. El camino, una selva verdosa. O tal vez eran fantásticas olas acechando nuestros pies. Cálidas arenas danzaban. El ojo mostraba su asombro. ¿Era realidad?. No se olvidan días que huelen amor. Su sabor es especial, por eso se añora. Estuve ahí. Él también. ¿Y ahora? El viento borró las huellas del hipocampo. ¿Por qué regreso?. El faro, las valvas brillantes y el canto. Pero no hay sonidos después de la muerte. ¿muerte?. El silencio aúlla nuestros nombres. Siento caricias sobre el cuerpo, manos que descubren mi ser, luego corren hacia el vacío. La noche se transforma en palabras, brillantes, azules, no, verdes y a veces violetas. Todo está desierto. El otoño refleja un puente de lágrimas. La casa vacía palpita estrellas. Burbujeantes chispazos de almas entrelazadas. Nudos que no se desatarán. Apretados nudos de amor. Huimos del laberinto y emprendemos viaje hacia otra luz.

 

Días sin sombra

pájaros muertos sobrevuelan el bosque
olvidados en la soledad
y árboles neblinosos se inclinan suplicantes
los reflejos opados son jirones
de días sin sombra
el eco del deseo cae desgarrado en escombros de luz
sobre la tierra seca
las visiones balancean al acecho
tu figura se desliza en el abismo
y un tapiz de nostalgia y asombro
es el secreto que nos une
en el suspenso de la marea

Martha Raimundo



La voz del silencio

A Rafa, mi muy querida hermana

"Mientras la tarde transcurre

evocaré elmuro en cuyo saliente nos sentábamos

a decir las últimas palabras cada noche"

Jaime Jaramillo Escobar

lejos
entre brumas de melancolía
aparece la magia de palabras olvidadas
la memoria trata de unir los pedazos
salvar la soledad del naufragio
en un juego de vértigo azul
ausente de aventuras delirios lágrimas


soy rehén de promesas
guarida de infortunios
donde el zumbido de la bestia espera
el final de la lluvia sobre negros espejos


el destierro es el último puente
caí en la trampa del orgullo
y veo disueltas las cenizas nocturnas
-máscaras asombradas absorben la plegaria-
las palabras de amor son fuego que vibra en cavernas salvajes
cerraré con llaves y pondré una lápida
porque he clausurado las puertas
para escuchar sólo
la voz del silencio


Martha Raimundo