la palabra es un suspenso perpetuo
en la caída del tiempo
una región congelada donde somos marionetas
ignorantes de la sombra del desierto
los rostros desfilan puros y nítidos
sobre la llama del viento
el silencio acariciante acompaña con susurros
el tímido verso
en un anticipo de luces y sombras
aromas melodías y colores
que ocultan los peces dorados
de la despedida.
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